¡Una noche en la escuela!

 -¡Genial! Una noche en la escuela como muestra de nuestra rebeldía -dijo emocionada Lila. 

-A mí no me emociona nada, apuesto que me trajeron solo, porque tenían miedo de venir solas- dijo Tom. 

¡JA! Eso es totalmente cierto- dijo Sofía.

-Pero, ¿por qué la escuela? Habían demasiados lugares para escoger la escuela… 

-era la única abierta, nadie sabe porqué.

 

-¿y por qué como muestra de rebeldía? 

-Es 26 de junio, es el día internacional de la rebeldía, y no lo podemos desperdiciar.

Caminaron, los tres movieron mesas para despejar el espacio, Tom se encaminó hacia la cocina para preparar todo, mientras Lila y Sofía armaban las carpas para dormir ahí.

Cuando todos estaban listos, se sentaron juntos a disfrutar de un juego de cartas, todo estaba tranquilo, hasta que escucharon un estruendo, Lila y Sofía casi se mueren del susto y Tom trataba de calmarlas.

-¿No invitaste a nadie más verdad Lila? 

–No y tú Tom? -dijo Sofía, que temblaba más que todos. 

Tom tuvo la maravillosa idea de ir a ver SOLO lo que había producido ese ruido. 

(De repente un llanto se deja escuchar).

-¡Hay que ir afuera y demostrar que no tenemos miedo!

(Le taparon la boca al instante por haber gritado).

-Nunca más vengo de noche a la escuela o a algún otro lugar que no sea mi casa -dijo Lila.

-Tranquilas, a lo mejor una mamá o una estudiante vengativa vino a hacer destrozo y ¿se lastimó tratando de levantar eso? Si ese es el caso hay que ayudarla

 Él se acercó a la puerta, la abrió y se fue, la puerta se cerraba sola de a poco y en cuanto se cerró el llanto se detuvo.

-¡TOM! -gritaron pensando que era una broma, de repente la puerta se empezó a abrir, de a poco se dejaba ver que había, era de noche y no se alcanzaba a ver nada, distinguían una silueta en medio de la puerta.

Lila, siendo la única de las dos en traer celular, lo tomó y marcó al primer contacto que apareciera… no contestaba, nadie le contestaba ¿por qué? Tenía señal.

-¡Seamos valientes y vamos a ver! Si no demostramos miedo no hará nada-. dijo medio gritando Sofía.

-Eso solo funciona con los perros -dijo Lila.

Sin embargo, un sonido las calló, giraron sus rostros hacia la puerta, la silueta ahora se distinguía mucho mejor, era una mujer con vestido blanco, un velo le tapaba la cara y tenía pelo negro, largo hasta la cintura, mientras ellas trataban de ver entre el miedo el rostro de ella, les habló.

-“¿Quieren ser mis hijos?” (todo se oscureció en la escuela)

A la mañana siguiente, como ninguno de los amigos regresó a sus casas, empezaron a buscarlos, se estaba publicando por todas partes.

Cuando los policías llegaron a la escuela para revisar, encontraron el velo blanco y… aunque no fue muy profesional de su lado, dieron una primera hipótesis, “algo desconocido los raptó, lo único que se encontró fue un velo de novia, si alguien sabe algo no dude en venir a dar testimonio”. 

Llegaron demasiadas personas a dar testimonio, pero todos con la misma respuesta “La Llorona los reclamó”.

-Más tarde, todos sabríamos que eso no es verdad, en realidad se trataba de un asesino en serie, que secuestra adolescentes de no más de 17 años, se los llevó, usando su técnica principal, que era vestirse de personajes de leyendas de la zona, de esa manera no era rastreado y así nunca sería atrapado.

- ¿Cómo lo sabemos? ... bueno, lo sabemos, porque aún nos tiene encerrados en una antigua bodega de la escuela. 

 

Autora: S. S.