En 1975 en un pueblo muy pequeño llamado "Las Rosas", un hombre llamado Bernardo, quien era uno de los hombres más queridos en el pueblo, por ser una persona muy amable,
muy alegre y sobre todo por siempre ayudar a los demás.
Don Bernardo como era la mano derecha del
alcalde le dio aviso a todos en el pueblo que vendrían las fiestas patrias, y la
gente como amaban los días festivos. Empezó a prepararse, cocinando postres
caseros, cosas artesanales, rodeos y un gran show con un grupo folclórico y
bailarines de cueca. Por otro lado, don Bernardo estaba encargado de preparar
juegos a los más pequeños, como por ejemplo juegos artificiales, juegos
electrónicos y bailes.
Llegó la noche y la gente se movía de un
lado a otro, emocionados de que empezara todo, Juan el animador del pueblo, un
gran amigo de don Bernardo, les avisó a todos que por problemas de salud don Bernardo no podría estar hoy.
Pero la gente extrañada, ya que don Bernardo estaba súper bien de salud en todo el día, una artesana llamada
Florinda les dijo a algunas personas que antes de llegar, había ido a casa de
don Bernardo a decirle que estaba todo listo y dice que él salió
con los ojos rojos y la echó. Todos quedaron muy intrigados con lo que había
dicho Florinda, ya que parecía que hablara de otra persona.
Avanzó la noche y llegó la hora de los fuegos artificiales, los más pequeños maravillados con los fuegos, pero había
un niño que se llamaba Simón, era uno de los más pequeños en ese lugar, vio a un hombre
vestido con un sombrero y poncho negro tirando los fuegos artificiales, Simón
se acerca y le pregunta al señor ¿Quién era él?, el señor lo mira con los ojos
rojos y el niño al verlo sale corriendo y el hombre lo sale persiguiendo.
Al día siguiente, María, la madre de Simón, lo buscó desesperadamente, pero no encontró rastro de él, hasta que un policía
publicó en el diario la desaparición del pequeño, contando que un hombre de ojos
rojos, con sombrero y poncho negro fue el que se lo llevó, nadie del pueblo sospechaba que el misterioso hombre era nada
mas y nada menos que don Bernardo.
Tiempo después, el hombre dejó el pueblo al que había lastimado, pero antes de irse dejó afuera de la comisaría una carta donde explicaba el motivo por el que se había robado a Simón, en ella explicaba el espantoso motivo, se dice que don Bernardo le vendió su alma al diablo, por eso hizo lo que hizo.
Cuando las personas del pueblo se enteraron de la verdad, ya no había rastro alguno de don Bernardo, algunos en el lugar aún están alerta por si viene a llevarse a otro niño del poblado.
Autora: M. M.