A inicio del año 1967, en el suelo de su casa, dando a luz, se encontraba Genara Jerez, de 28 años, una mujer alta, castaña y de ojos claros. Mujeres de casas aledañas la rodeaban, ayudándola con su labor de parto, ya que se encontraba sola. Luego de aproximadamente dos horas, nació el pequeño Biel, un niño pelinegro, con piel clara y tonos rosas, el niño nació sano y sin ninguna complicación.
Las mujeres se aseguraron de que el niño estuviera sano para luego abandonar la casa de Genara, ella tomó al pequeño en sus brazos y lo observó un largo rato, para luego recordar que debía de preparar la cena para su marido, el cual aún no regresaba a casa, se aseguró de que el pequeño estuviera bien arropado para comenzar a preparar la cena.
Mientras tanto en otro lugar se encontraba Teófilo Pérez el marido de Genara un hombre alto, de ojos oscuros y cabello negro, se encontraba teniendo una aventura con Zoé, una chica de 25 años, muchos hombres en la posición de Teófilo pensarían que se estaba saliendo con la suya, ya que su mujer no sabía nada sobre sus aventuras con muchachas más jóvenes.
Sin embargo, Genara estaba al tanto de todas y cada una de sus aventuras con las jovencitas del pueblo de "Camisita", solo tenía miedo de confrontarlo. Por ahora, solo le quedaba esperar la llegada del hombre para la hora de la cena.
Eran las 23:30 p.m., tocaban la puerta de su casa, ella comprobó que su hijo estuviera en un lugar seguro y se dispuso a bajar a abrir la puerta, al abrir la puerta se encontró con su marido arreglando su camisa, apenas entró pudo percibir un fuerte olor a alcohol, él estaba borracho, como muchas otras veces, Genera optó por ignorar el horrible olor y simplemente tomar el abrigo de su marido para colgarlo en el perchero.
Teófilo se instaló en la mesa, sin siquiera darle una mirada a su esposa, ella prosiguió a servirle la cena, luego tomó asiento frente a él para cenar, pero se sentía demasiado incómoda, estaban en silencio, él borracho y mal oliente, mientras ella trataba de comer algo por el bien de su salud.
Él sacó tema, ella simplemente respondía vagamente para luego levantarse, retirar todo y perderse en la cocina, el marido se retiró a su oficina. Genara fue a la habitación, en la cual se encontraba el pequeño Biel, lo tomó en brazos y comenzó a arrullarlo para hacerlo dormir.
Pasaron unas horas, en la soledad de la noche después de tanto caminar entre cerros y senderos, se encontró con una humilde familia, quienes al verla herida con una estaca y su hijo recién nacido en brazos, se acercaron para ayudarla, le preguntaron qué le había sucedido, al ver su cuerpo cubierto de sangre, ella no alcanzó a dar una respuesta y cayó desvanecida en el lugar.
Filomena, que es un miembro de la familia, se acerca para brindarle ayuda y toma al bebé que estaba junto a Genara, al acercarse a la mujer desvanecida nota lo profundo que estaba la estaca enterrada, rápidamente llama a su esposo Teodoro para poder retirarla con cuidado, parar el sangramiento y así curar su herida, para ello Filomena rompe su vestido, mientras que Teodoro hace fuego para quemar la tela y lograr hacer una especie de tapón con la ceniza para colocarla en la herida de Genara.
Luego de un largo rato, Genara despierta desorientada, preguntando que había pasado y dónde estaba su hijo, Filomena le responde que el bebé se encuentra muy bien, que sus hijos lo están cuidando, en ese instante, ella decide contarles lo sucedido, les relató el infierno que había vivido junto a su marido. Al escucharla, angustiados por lo que tuvo que sufrir la mujer, Filomena y Teodoro la convencen de ser parte del viaje, de esa manera, ellos la protegerían.
Todos iban en la carreta, Genara ya se sentía un poco más tranquila, Filomena le comenta hacia dónde se dirigen y los motivos de su viaje. Entre la oscuridad lograron escuchar música, Teodoro decide dirigir la carreta en la dirección de la música, encontrando todo el lugar iluminado, repleto de gente, los cuales se encontraban en mesas divididas cenando con cubiertos de oro y plata, Filomena se acerca para preguntar qué era ese lugar, sorprendiéndose al ver algunas caras familiares, se trataba de algunos integrantes de su familia que ya habían fallecido, pero ahora estaban cenando y bailando. Con gran sorpresa e incertidumbre deciden seguir su camino hacia la casa de los padres de Filomena, allí podrán pasar la noche, durante el día pueden volver a averiguar lo sucedido.
Al día siguiente, el matrimonio revisó el hombro de Genara, para luego desayunar y regresar al lugar del extraño acontecimiento, pero no encontraron indicios de ninguna fiesta, simplemente había un barranco. Todos se miraron sorprendidos al no encontrar explicación a lo visto en la noche anterior. Deciden regresar al pueblo llamado "El Bronce" a la casa de los padres de Filomena para así preguntar a los vecinos del lugar, tal vez ellos podrían saber algo, si mal no recuerda Filomena, en su infancia solía escuchar historias sobre un lugar en donde, al pasar la media noche, en el medio del camino, al final del barranco, solían haber riquezas que eran custodiadas por las familias que ya habían dejado la vida terrenal. Efectivamente, los vecinos corroboraron lo que recordaba Filomena. Finalmente, el matrimonio decide vivir en la casa de los padres de Filomena, que hace unos años habían fallecido, invitaron Genara a quedarse junto con su bebé en este hogar y tener la familia que siempre quiso, después de tanta desgracia tuvo una segunda oportunidad, un nuevo comienzo.