17 junio 2021

Los dos hermanos que no creían en las leyendas


En un pueblo muy lejano, llamado Petorca, vivía Luis y su Hermano. Luis era súper bromista junto a su hermano, porque ellos no creían en leyendas que la gente del sector contaba, no obstante, ellos siempre asustaban a sus amigos con la Llorona. 
En el pueblo, se decía que fue una mujer que vivió en la época de la llegada del tren a Petorca, tenía una hija llamada Rosita, como todos los habitantes, estaban muy emocionadas por este gran acontecimiento, por fin podrían ver el tren, sin embargo, ella no sabía que ese día le traería un dolor insoportable. Rosita jugaba en la línea del tren, mientras su madre conversaba con otros vecinos de la localidad, bastaron solo unos minutos de descuido para que la niña terminara siendo aplastada por el tren, según dicen, fue tal el dolor de la mujer, que a los días después murió. Pasó un tiempo, y empezó a correr el rumor entre los pobladores, que se escuchaba a una mujer llorar desconsoladamente, varios indicaron que era la madre de Rosita, que la buscaba aún por el pueblo. 

Luis y su hermano fueron a jugar futbol junto a sus amigos en una cancha lejos de sus casas, Luis llevaba una mochila que se veía pesada con solo mirarla, los amigos tenían curiosidad por saber el contenido que cargaba, él les respondió: “Llevo cositas para que se mueran del susto”. Ellos no se imaginaban que vivirían el mayor susto de sus vidas. 

Jugaron mucho al futbol, de hecho no se percataron de la noción del tiempo, se hizo muy tarde y sus casas quedaban lejos, Era el mejor momento para que Luis asuste a sus amigos. Él los esperó en los camarines, ya vestido de la llorona y empezó a llorar como suponía que lo hacía la llorona. Al principio se asustaron muchísimo, pero luego se dieron cuenta que era Luis. 

Los amigos, junto con Luis que aún tenía puesto el disfraz se fueron camino a sus respectivas casas, los dos hermanos, luego de dejar a sus amigos en sus hogares, siguieron caminando hacia su casa, pero de pronto, empezaron a escuchar un llanto igual al de una llorona. 

Ellos, creyeron que se trataba de una broma de sus amigos, por ello no estaban asustados, pero a la vuelta de la esquina se encontraron frente a frente con la llorona. Fue tanto el miedo que salieron corriendo, sentían el llanto de la Llorona que se iba acercando poco a poco. Cuando creyeron que estaban lo suficientemente lejos, se detuvieron, se dieron valor para enfrentarla, se ocultaron entre unos arbustos, cuando ella apareció saltaron de su escondite gritando para espantarla.  La Llorona se esfumó, aparentemente, no esperaba que esos niños la enfrentaran, lograron volver a su hogar, pero esa noche algo cambió para siempre, ya no querían ignorar esa leyenda, porque lo habían presenciado en carne propia. 

 

Autor: D. C.



 

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