Luis y su hermano fueron a jugar futbol junto a sus amigos en una cancha lejos de sus casas, Luis llevaba una mochila que se veía pesada con solo mirarla, los amigos tenían curiosidad por saber el contenido que cargaba, él les respondió: “Llevo cositas para que se mueran del susto”. Ellos no se imaginaban que vivirían el mayor susto de sus vidas.
Jugaron mucho al futbol, de hecho no se percataron de la noción del tiempo, se hizo muy tarde y sus casas quedaban lejos, Era el mejor momento para que Luis asuste a sus amigos. Él los esperó en los camarines, ya vestido de la llorona y empezó a llorar como suponía que lo hacía la llorona. Al principio se asustaron muchísimo, pero luego se dieron cuenta que era Luis.
Los amigos, junto con Luis que aún tenía puesto el disfraz se fueron camino a sus respectivas casas, los dos hermanos, luego de dejar a sus amigos en sus hogares, siguieron caminando hacia su casa, pero de pronto, empezaron a escuchar un llanto igual al de una llorona.
Ellos, creyeron que se trataba de una broma de sus amigos, por ello no estaban asustados, pero a la vuelta de la esquina se encontraron frente a frente con la llorona. Fue tanto el miedo que salieron corriendo, sentían el llanto de la Llorona que se iba acercando poco a poco. Cuando creyeron que estaban lo suficientemente lejos, se detuvieron, se dieron valor para enfrentarla, se ocultaron entre unos arbustos, cuando ella apareció saltaron de su escondite gritando para espantarla. La Llorona se esfumó, aparentemente, no esperaba que esos niños la enfrentaran, lograron volver a su hogar, pero esa noche algo cambió para siempre, ya no querían ignorar esa leyenda, porque lo habían presenciado en carne propia.
Autor: D. C.
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